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¿COMO AUMENTAR NUESTRAS DEFENSAS?

        ¡¡¡Llegó el otoño!!!, Y a puertas de invierno… Con el cambio de estación, la llegada del frio, menos horas de sol que afectan a nuestro metabolismo, se puede producir una bajada de nuestra defensa natural, lo que llamamos SISTEMA INMUNE, que se puede traducir en la aparición de determinadas enfermedades y/o infecciones,

Nuestro cuerpo es un lugar de vida para millones de microorganismos. La mayoría son inocuos y no suponen ningún peligro para la nuestra salud, incluso pueden ser hasta beneficiosos.

Pero en nuestro entorno, existen otros microorganismos, organismos patógenos, que por si mismos, o en situaciones especiales (crecimiento excesivo en colonias, combinación entre ellos), puede provocar trastornos en el funcionamiento de nuestro organismo, patologías o enfermedades. Éstos microorganismos nocivos, (virus, bacterias, hongos y protozoos), buscan un nicho para entrar y vivir de nuestros recursos, mientras que el organismo (nuestro Sistema Inmune) concentra sus fuerzas para combatir la invasión.

Esta batalla causa el proceso inflamatorio que se asocia con el aumento de la temperatura corporal y dolor. Para aliviar y/o tratar éstos síntomas es suficiente tomar el antiinflamatorio o antitérmicos como ibuprofeno, ácido acetilsalicílico o paracetamol y si se añaden síntomas catarrales, también antihistamínicos.

En caso de fracaso de nuestra defensa natural, se amplifica el proceso infeccioso y es cuando para combatirlo necesitamos medicación antimicrobiana (antibióticos, antifúngicos).

 

Nuestro Sistema Inmune. Nuestro sistema de defensa

La actuación de nuestro sistema inmunitario comienza con la entrada de un agente externo (antígeno), que al pasar la primera barrera (piel, mucosa), da como resultado la activación de diferentes mecanismos de defensa como la reacción inflamatoria, la estimulación de los glóbulos blancos y la producción de anticuerpos.

Con ello, nuestro Sistema Inmunitario, siempre en alerta, se compone de distintos niveles de protección:

  • Barrera física: (piel y mucosas) y mecánicas (lagrimeo, salivación, micción, diarreas). Son calificadas como barrera primaria e inespecífica, es decir, barrera para todo tipo de agente externo considerado como peligro.
  • Química: Ácidos y diversas proteínas que aparecen como reacción a la entrada del agente externo(antígeno). Pueden ser inespecíficas como lactoferrina y lisozima y específicas como inmunoglobulinas (anticuerpos). Consideramos inmunidad especifica o adquirida la que crea nuestro organismo como reacción a un segundo contacto con el posible agente nocivo.
  • Celular: Consta de La flora microbiana (microbiota), presente en la piel y en las cavidades que comunican con el exterior (tubo digestivo, uretra, vagina), que forma una barrera biológica que hace competencia con los patógenos (antígenos), protegiendo de su adhesión. Y además las células sanguíneas, (leucocitos, monocitos y macrófagos, linfocitos, células NK), que por diferentes mecanismos actúan en distintas fases combatiendo las infecciones.     

                                                                                                                                                    

                                                                                                            Inespecíficas                                            Específicas

                                                         Barreras físicas                   piel, mucosas

                                                         Química                                sustancias  ácidas                                  inmunoglobulinas

                                                         Celular                                  fagocitos, células NK                            linfocitos

 

Tipos de Inmunización

Inmunización pasiva

        Al sujeto se le administra directamente anticuerpos específicos para un patógeno determinado. No está producida por el organismo.
Ya en el vientre materno, el feto recibe los primeros auxilios de su madre, inmunoglobulinas, que actúan como defensa durante los primeros meses después de nacer, manteniendo la protección frente a las infecciones, hasta que él bebe produzca las suyas por contactos con antígenos. Después del parto la protección se puede prolongar a través de la leche materna, así que cuanto más tiempo se esté amamantando a un bebé más protegido estará.
Otra forma de inmunización pasiva es administrar inyecciones de inmunoglobulinas utilizado en caso de profilaxis de algunas enfermedades como la hepatitis, la rabia o el tétanos.

A causa de que las inmunoglobulinas se metabolizan en el cuerpo, se considera inmunización transitoria (el organismo no tiene capacidad de producirlas por sí mismo), por eso se aplica en casos puntuales ya que para la protección continua se necesitaría su uso repetido.

Inmunización activa

        Estimulamos nuestro propio organismo para defenderse, a crear sus propios anticuerpos. Se adquiere por contacto con un antígeno, al padecer una enfermedad, (inmunidad natural) o cuando se aplica una vacuna (inmunidad artificial).

Vacunas 

Suspensión de microorganismos atenuados o muertos (antígenos incapaces de provocar procesos infecciosos por si mismos), que se introduce en el organismo para prevenir y tratar determinadas enfermedades infecciosas; el organismo los reconoce como invasión, y se estimula la formación de anticuerpos, con lo que se consigue una inmunización específica contra estas enfermedades.

Medidas higiénico-sanitarias

La activación del Sistema inmunitario, la conseguimos a través de una dieta adecuada y un estilo de vida saludable

Dieta sana:  Una alimentación variada y equilibrada que aporte todos los nutrientes que necesita el cuerpo: vitaminas, minerales, probióticos, ácidos grasos… es la mejor opción de asegurarnos una inmunización eficaz. 

 

Proporciona suficiente cantidad de macro y micronutrientes imprescindibles para el buen estado y funcionamiento del organismo, y los antioxidantes que protegen frente al estrés oxidativo, aumentando las defensas de nuestro cuerpo.

Las vitaminas y minerales son imprescindibles para buen funcionamiento de nuestro organismo. Están presentes en nuestra dieta.

Su carencia, es perjudicial para el organismo, pero el exceso también lo es, por ello, si no existen desequilibrios, con la dieta es suficiente para cubrir las necesidades diarias. En caso de alguna deficiencia o mayor necesidad las podemos aportar con suplementos.

  • Vitamina A: Estimula la renovación de las células, por eso es importante en los procesos de crecimiento, desarrollo y regeneración de los tejidos, lo que es clave para la integridad de la piel y mucosas, permitiendo desenvolver su función como barrera física. Además, juega un importante papel a nivel de formación y diferenciación de las células del sistema inmune como los leucocitos.
  • Vitamina C: Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, protege las células frente al daño oxidativo, causado por radicales libres, que producen células del sistema inmunitario para destruir antígenos.
  • Vitaminas del grupo B: La vitamina B6, por ejemplo, ayuda a producir leucocitos (glóbulos blancos) para la defensa del organismo. La deficiencia de vitamina B9 y B12 puede disminuir la producción de anticuerpos.
  • Vitamina D: Desarrolla función inmunomoduladora, estimulando las células de sistema inmune o regulando la producción de citoquinas. Potencia la inmunidad
  • Zinc y el Selenio: Son minerales que por su acción antioxidante protegen las células y contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario.

Relax y descanso nocturno: El estrés causa liberación de las cortisonas, hormonas que a lo largo plazo disminuyen la inmunidad. Por eso es tan importante evitar situaciones de estrés y angustia.

El descanso nocturno es tiempo de regeneración del organismo, durante la noche se libera melatonina, una hormona reguladora del ciclo sueño-vigila, pero que es también un inmunomodulador, antioxidante y neuro protector. Fundamental cuidar el suficiente descanso nocturno.

Ejercicio físico: No solo actúa a nivel cardiovascular, también disminuye los niveles de estrés. Produce efectos positivos o negativos según como se practique y en qué cantidad. El ejercicio moderado mejora el funcionamiento del sistema inmunológico.

Por otra parte, un gran volumen o intensidad del mismo puede afectar negativamente. Cuando se realiza un entrenamiento de alta intensidad, se puede experimentar un bajón inmunológico por el gran estrés al que se somete el cuerpo. Esto tiene que ver con el sobreentrenamiento.

Suplementos y fitoterapia

En determinados momentos como periodos de stress, enfermedad… la toma de suplementos y/o fitoterapia, estaría justificada, intentando con ellos evitar enfermedades mas graves o recaídas.

Betaglucanos: Son los polisacáridos presentes en algunas algas, levaduras y hongos, producen una estimulación inespecífica.  

  • Tienen un efecto inmunomodulador, lo que quizá sea su principal efecto medicinal sobre el organismo.
  • Ejercen un efecto antioxidante, contribuyendo a la reducción de la formación de radicales libres en las membranas celulares.
  • Ayudan a la generación de nuevas células sanguíneas
  • A nivel intestinal, ejercen una triple acción: previenen el estreñimiento al aumentar el peristaltismo, fomentan la población de bacterias beneficiosas (lo que se denomina efecto prebiótico) y reducen el riesgo de cáncer de colon

Nota: Su uso no se recomienda cuando el organismo está en el proceso infeccioso en ése momento o durante tratamientos inmunosupresores, como en caso de los trasplantados.

Equinácea: Preparados de esta planta (fitoterapia) que además de contribuir al funcionamiento normal del sistema inmunitario, están indicados en el tratamiento de infecciones respiratorias: ayuda a reducir los síntomas y acelera la recuperación.

En caso de estimulación de las defensas no se recomienda un uso continuado. Para conseguir mayores beneficios se aconseja la toma durante un periodo de 1-2 meses y un posterior descanso de 2-4 semanas.

Probióticos: Microorganismos, que además de tener efectos estimulantes del sistema inmunológico a nivel local y general, fortalecen la barrera gastrointestinal, dificultando la adhesión y entrada de los microorganismos patógenos.

Se pueden administrar:

  • Como refuerzo del Sistema Inmune,
  • De forma protectora junto con antibióticos, el antibiótico no distingue entre bacterias patógenas y defensoras (componentes de la microbiota), intentando eliminar  todas por igual.
  • Previniendo desequilibrios de la flora intestinal como consecuencia de una diarrea o en el periodo de recuperación tras el proceso infeccioso.

Lactoferrina: Glicoproteína presente en las secreciones, como lágrimas, saliva, secreciones nasales, leche materna. Promueve una cascada de células inmunitarias y ayuda a estimular las funciones del Sistema Inmune. Por otro lado, su actuación se limita  selectivamente a los elementos patógenos, sin desarrollarse de una resistencia microbiana a los fármacos.

 

Las vacunas proporcionan una protección más duradera, sin embargo, protegen solo frente a las determinadas enfermedades, ya que estimulan la producción de las inmunoglobulinas específicas para el microorganismo del cual se ha preparado la vacuna, en cambio, los betaglucanos, equinácea y probióticos, estimulan el sistema inmune a diferentes niveles en forma indeterminada y leve, más bien son inmunomoduladores, preparan el organismo para que esté dispuesto combatir cualquier invasión.

 

Datos Importantes

  • Nuestro organismo es un continuo campo de batalla entre microorganismos invasores y nuestro sistema inmunitario. Conseguir el equilibrio es un factor de salud.
  • Tenemos una inmunidad natural, nuestra barrera física y mecánica, que tenemos que proteger y desarrollar.
  • Dentro de la inmunidad adquirida puede ser:

Activa: creada tras el contacto con el cuerpo extraño por parte de nuestro organismo (de forma artificial con organismos patógenos atenuados en el caso de las vacunas, o natural con diversos virus, bacterias en infecciones anteriores).Por ello son importantes las campañas de vacunación para grupos de riesgo.

Pasiva: no creada por nuestro sistema inmune, llega de forma externa por vía artificial o paso de madre a hijo. La lactancia materna contribuye a mantener las defensas del bebe hasta que sea capaz de desarrollar las suyas propias

 

  • La dieta sana y una vida saludable es fundamental para mantener un sistema inmune eficaz en condiciones normales.
  • Aportar suplementos fuera de la alimentación diaria estarían justificados en casos de carencias por diversas circunstancias (estrés, estados de enfermedad o post convalecencia, infecciones severas…)
  • Formulaciones con betaglucanos, equinácea, probióticos, lactoferrina o sus combinaciones, son eficaces para el desarrollo de la inmunidad.

Son ayudas interesantes y válidas en cambios estacionales, para niños con Sistema Inmune inmaduro o ancianos con la defensa deteriorada…

Disfrutemos del Invierno!!!